Rubén Darío no aguantó más y se quitó la vida en QUIMBAYA




En Quimbaya, en plena vía pública, Rubén Darío Granada Vargas acabó con su existencia de una manera poco común.




El ciudadano, de 25 años de edad, se propinó un disparo en el pecho mientras se encontraba sentado en un andén, frente a la casa de su suegra.
El proyectil causó graves daños en su organismo, que causaron su deceso casi que instantáneamente, pues pese a que fue auxiliado con rapidez y conducido al hospital Sagrado Corazón de Jesús, ubicado cerca de allí, cuando ingresó al área de urgencias ya no presentaba signos vitales.
El hecho, registrado ayer a eso de la 1:00 p.m., irrumpió la tranquilidad de los habitantes del barrio El Mirador.
La detonación alertó a los habitantes de la manzana A donde se presentó el suicidio y de la B ubicada justo al frente.
Escenas de mucho dolor se vivieron en el lugar, pues sus familiares, residentes en esta cuadra, jamás se imaginaron que al salir a ver qué era lo que había ocurrido, encontrarían a su ser querido allí tendido, herido de muerte.
La confusión era enorme, pues nadie encontraba una explicación a lo que estaba pasando.
Infortunadamente, a los pocos minutos fueron informados del deceso de Rubén Darío.
Los últimos momentos del joven fueron sentado en ese mismo andén, frente a la casa 13, tomando licor, al parecer, buscando las fuerzas para terminar lo que tenía planeado.
Además de algunos problemas con su compañera sentimental no había manifestado nada extraño, se notaba normal, además de que siempre se caracterizó por ser un hombre alegre, amable, amigable, que tenía una sonrisa para todo y para todos.
Por ello sus allegados y conocidos no comprenden el por qué de esta decisión.
La alegría de tenerlo de regreso, pues estuvo durante aproximadamente un mes en Medellín trabajando, solo duró cinco días.
Siempre se ocupó en labores del campo, agricultura, ganadería, en lo que le resultara.
Hacía parte de una familia de siete hermanos, prestó servicio militar en el batallón de ingenieros número 8 Francisco Javier Cisneros de la Octava Brigada y era un fiel seguidor del equipo de fútbol Atlético Nacional.
Se encontraba viviendo junto a algunos de sus seres queridos en la casa número 6, de la misma manzana donde ocurrió el fatal hecho.
El caso fue atendido por unidades de criminalística de la Seccional de investigación Criminal, Sijín que se encargaron de recopilar el material probatorio necesario en el lugar de los hechos y luego se dirigieron al centro asistencial para la inspección técnica del cadáver, que posteriormente condujeron a la morgue de Calarca
Compartir Google Plus

About Unknown

0 comentarios :

Publicar un comentario